¡Hola penfriend1 !
Muchas veces - y yo la primera- pensamos que tenemos que irnos lo más lejos posible de viaje para visitar lugares bonitos, de esos que parecen sacados de un cuadro. Pero una y mil veces tengo que reajustar la mente y darme cuenta de que no; lo local muchas veces es incluso más maravilloso. Tengo la suerte de vivir en un país lleno de castillos y lagos; de vivir en Europa, que me parece absolutamente inagotable, donde podemos encontrar algunos de los mayores patrimonios del mundo.
En mi primer viaje a Alemania, allá por 2002, nos dejamos caer por uno de los lagos más especiales del país: el Königssee, el Lago del Rey. De aquella visita, apenas me quedó un recuerdo nítido: las cúpulas rojas en forma de cebolla de la iglesia de San Bartolomé, perfectamente reflejadas en el agua.
Este año regresé y pude contemplarlo desde todos los ángulos: desde el agua, a bordo de uno de los barquitos eléctricos que cruzan en silencio el lago; desde lo alto, contemplando cómo se encaja entre las montañas como un fiordo noruego; desde senderos escondidos donde apenas se oye otra cosa que no sea el crujir de la grava bajo los pies.
El Königssee no parece un lago; sino una grieta profunda abierta entre las montañas. Las paredes de roca caen en vertical hasta tocar el agua, tan quieta y transparente que cuesta distinguir dónde acaba la montaña y empieza su reflejo. No hay casas en sus orillas, ni embarcaderos privados, ni caminos que lo rodeen. Tan sólo un puñado de barquitos eléctricos que surcan las aguas de extremo a otro, dejando una línea efímera sobre la superficie.
Desde lo alto, en las rutas que serpentean por los montes que lo bordean, se ve una lengua verde esmeralda encajada entre picos verdes y grises. No hay ruido: ni motores, ni pueblos. Solo agua, piedra y cielo. En mitad de ese silencio, un momento inesperado: el guía del barco saca su trompeta y el sondo rebota de un lado a otro del valle (hasta 7 veces) como si el eco tuviera vida propia.
Uno de los rincones más bonitos se llama Malerwinkel, que significa "el rincón de los pintores", y no cuesta imaginar por qué. Desde allí, el lago se deja ver enmarcado por árboles y paredes de roca, como si fuera un cuadro que alguien hubiera olvidado colgado en mitad del paisaje. Dicen que muchos artistas se detenían allí con sus pinceles, intentando atrapar en un lienzo lo que solo puede vivirse estando.

Volver a un sitio muchas veces te lo cambia todo. La memoria reordena lo vivido, y a lo nuevo lo observas desde un lugar distinto. Esta vez he caminado más, me he detenido en los detalles, he sentido el frescor del agua en los dedos y he escuchado las voces de otros visitantes en idiomas distintos, todos igual de sorprendidos ante tanta belleza. Y entre todo eso, he recordado a la yo de hace veinte años, que miraba por primera vez esas montañas, sin saber que algún día viviría no tan lejos de allí.
Quizá no haga falta cruzar océanos para encontrar lo extraordinario. A veces basta con volver a mirar.
Recuerdos desde el Königssee.
M.
Explorando desde casa 🗺
🍝Sabores del viaje: Kaiserschmarrn, un dulce típico del sur de Alemania y Austria. Me gustó la descripción que vi en un restaurante en inglés: homemade pancakes cut into pieces. Se sirve caliente, con azúcar glas y compota de ciruela o manzana. Perfecto tras una caminata por las montañas bávaras.
🎶Notas viajeras: Cuando estábamos llegando a la cima pudimos escuchar una de las bandas musicales bávaras, las Blaskapellen tocando (y dándonos motivación para llegar al destino). Una canción muy típica que tocaron fue Böhmischer Traum muy popular en festivales y celebraciones. Una melodía que además me transportan a las bandas valencianas que tocan en Fallas.
🥨Si te gusta leerme y te apetece seguir mis aventuras alemanas, te invito a descubrir Servus Germania, mi otra newsletter donde exploro curiosidades, tradiciones y peculiaridades de la vida en Alemania. 🚀 Esta semana hablamos las fresas alemanas 🍓 y de cómo puedes ir a cogerlas tú al campo.
En esta entrada te hablaba por primera vez de Alemania:
Y hace dos años justo te hablaba de Eslovenia:
penfriend: se trata de una persona con el que uno se cartea, un contacto epistolar.
Precioso ese lago 🤩
Y me encanta cuando incluís sabores del viaje 🤤
¡Qué descripción tan maravillosa! Trasmites un entusiasmo genuino por ese rincón tan bonito de Alemania. Me ha encantado leer cada una de tus palabras.