¡Hola penfriend1 !
Hace justo cinco años estábamos a punto de subir a un avión con destino a Costa Rica y Panamá. La emoción de un nuevo viaje, las ganas de descubrir y el billete en la mano. Pero, de repente, empezaron a cerrarse fronteras, nuestro primer vuelo se canceló y nos encontramos ante una decisión inesperada: ¿qué hacer? Sin saber bien qué iba a pasar, optamos por quedarnos en casa. Tres días después, España declaró el estado de emergencia y, dos días más tarde, Alemania se sumó al lockdown.
Acostumbrados a viajar, de repente el mundo se redujo a las paredes de nuestra casa. Pero si algo nos ha enseñado viajar es que la curiosidad no se apaga, solo encuentra otras formas de expresarse. Así que, en vez de recorrer aeropuertos y carreteras, decidimos que nuestra manera de explorar sería a través de la cocina. Si no podíamos ir a otros países, haríamos que esos países llegaran a nosotros.
Durante aquellos meses, nuestra mesa se convirtió en un billete a destinos que habíamos visitado y a otros que soñábamos con conocer. Cada mañana comenzaba con un té de Sri Lanka, como si nos transportáramos a sus plantaciones infinitas. Para la comida, cruzábamos el Atlántico con una hamburguesa al más puro estilo estadounidense o aterrizábamos en Italia con pizza, gnocchi, risotto o una melanzana a la parmesana.
No nos olvidamos de nuestras raíces, preparando empanada gallega, coca valenciana y huevos estrellados con alcachofas. Luego, con los palillos en la mano, nos sumergimos en la tradición japonesa con udon y sushi. México nos llamó con sus fajitas, Marruecos con su aromático couscous, y Francia nos tentó con una quiche y un crujiente pain au chocolat.
Hubo noches en Malasia con un laksa picante, días en India con curries aromáticos, tardes chilenas con empanadillas y viajes a China con dumplings. Desde Austria llegó el schnitzel, España nos trajo su imprescindible tortilla de patatas y desde India, un chicken mango curry que llenó la casa de especias. Alsacia nos regaló su tarte flambée, Grecia sus sabrosos gyros, y Oriente Medio nos recordó su street food con kebab y falafel. Cada plato era más que una receta: era un recuerdo, una historia, una manera de mantener vivo el deseo de descubrir.
Estos viajes culinarios nos hicieron darnos cuenta de lo mucho que se puede explorar sin salir de casa. Y quizás por eso, al final de mis postales, siempre hay otras maneras de viajar. Porque a veces, una buena historia, un plato o una melodía pueden llevarnos muy lejos.
Desde entonces, los viajes culinarios siguen formando parte de nuestro día a día. No siempre hace falta un avión para viajar; a veces, basta con una cocina, un puñado de especias y la voluntad de dejarse llevar.
Feliz domingo, espero que con un plato que os haga viajar.
M.
Explorando desde casa 🗺
Tengo unos amigos, que de souvenir de viaje se traen un libro de recetas. Me hubiera encantado haberles copiado la idea hace muchos años, pero me doy cuenta que poco a poco voy coleccionando libros de recetas. Me encantan. Os dejo algunos de mis favoritos:
- El arte de la cocina francesa de Julia Child: este lo he regalado varias veces. Me parece un libro precioso.
- Sabores de Italia, este no es un libro de recetas, es la biblia de la gastronomía italiana. Se lo regalé a mi madre por Navidad y ahora lo tengo en mi wishlist para tenerlo yo. He visto que existe la edición de la gastronomía francesa. Mi sueño sería que lo hubiera también de la española, y tenerlos todos.
- Classic German Cooking y Classic German Baking (en inglés). El primero fue un regalo de Navidad y me encanta hojearlo. El segundo…bueno, los alemanes son los reyes de los pasteles.
- SIMPLE de Ottolenghi, este libro es absolutamente maravilloso. Y el diseño fascinante.
Podría seguir con muchos más, pero los dejaremos para más adelante.
Si puedes, apoya a las librerías locales y compra allí. Pero si decides comprar en Amazon, usando los enlaces que he puesto estarás ayudando a este proyecto sin ningún coste extra para ti. ¡Gracias por tu apoyo!
🥨Si te interesa saber más sobre Alemania, no te pierdas mi nueva newsletter: Servus Germania.
penfriend: se trata de una persona con el que uno se cartea, un contacto epistolar.
Sin dudas una manera de viajar es a través de las comidas!🫶🏼
También de conocer de otra forma cada lugar que visitamos, siempre intento en cada viaje conectar con los alimentos y sus recetas! 🙌🏼
Uy esta historia me recordó a un chico que conocí de viaje, es chef y me enseñó, a través de su viaje, cómo apreciar los diferentes sabores del mundo es otra forma diferente de viajar. Aprender a viajar a través de los sabores, cambió mucho mi forma de viajar. Y esta idea de los libros sobre comida de diferentes países me parece una forma deliciosa de viajar desde donde la comodidad de mi cocina 🥰 Gracias ❤️✨