¡Hola, penfriend1!
La memoria es un viaje a través del tiempo, un recorrido por los rincones de nuestra mente donde se almacenan los momentos más preciosos, las experiencias más vívidas. Es como abrir una caja de tesoros y dejar que los recuerdos nos envuelvan con su calidez y su nostalgia.
Los sentidos son los guardianes de esos recuerdos, las puertas que nos permiten acceder a ellos. Cada aroma, cada sabor, cada textura nos transporta a lugares lejanos en el tiempo, nos hace revivir emociones que creíamos olvidadas.
Para mí, hay algunos dulces que son como pequeñas cápsulas de tiempo, capaces de trasladarme a la niñez con solo un bocado. Son más que simples alimentos, son portales mágicos que nos conectan con nuestros recuerdos más preciados.
Estos días de Pascua, en los que todo está decorado con huevos y conejitos, no puedo evitar acordarme de un dulce inglés que es puro azúcar: los creme eggs.
Es un dulce estacional que se puede encontrar desde el día de Año Nuevo hasta el Domingo de Pascua. Una bomba dulce de la cual siempre me acuerdo en esta época y que, cuando consigo comer, me traslada a mis días ingleses felices.
Los creme eggs son mucho más que simplemente un dulce; son pequeñas cápsulas de felicidad que despiertan los sentidos y nos transportan a un mundo de delicioso placer. Al morder la crujiente capa de chocolate, te encuentras con un interior cremoso y delicioso, que se desliza suavemente sobre la lengua con cada bocado. El contraste entre el dulce relleno de crema y el rico chocolate crea una experiencia sensorial inigualable, que nos hace regresar una y otra vez en busca de ese placer único.
Tengo muchos recuerdos más asociados a las golosinas: cada viernes, después de salir del colegio, mi mamá nos daba 25 pesetas con las que podíamos comprar 5 chuches (porque claro, yo elegía solo las chucherías que costaban 5 pesetas para tener más cantidad). Aún recuerdo entrar en el quiosco y mirar todas las opciones para elegir con cuidado. Aunque, por supuesto, siempre había las favoritas: a saber, las nubes y las cartucheras.
La semana pasada, hablando con mi amiga P. comentamos los diferentes tipos de personas que hay: los que siempre piden el mismo helado (yo), los que siempre piden helados con leche/crema y los que piden helados ácidos de frutas (de nuevo yo).
Quien me conoce sabe que siempre siempre siempre pido helado de limón. Siempre. Salvo si estoy en mi lugar feliz, que será leche merengada.
El helado de limón me traslada automáticamente a las tardes en los jardines de Pereda en Santander con mis abuelos. No sé si será esa la razón por la que me gusta tanto el helado de limón, pero sin duda me acuerdo siempre de los enormes helados santanderinos de Regma.
La tarta Sacher2 me traslada a un cumpleaños de mi papá, en el que mi madre hizo una tarta Sacher casera. Ahí fue mi primer contacto con esa tarta y desde entonces me ha acompañado en muchos momentos especiales de mi vida.
Os deseo un dulce domingo, en el que ojalá te animes a contarme si tienes algún dulce o comida que te traslade a algún momento feliz. O dime, ¿te gustan las golosinas? ¿Cuál es tu favorita?
M
penfriend: se trata de una persona con el que uno se cartea, un contacto epistolar.
te invito a que leas lo que escribí sobre esta maravillosa tarta apretando al link
El helado de leche merengada deberia ser patrimonio nacional 🫶🏼
El día que me dijiste que te ibas de Munich te comiste un helado de limon ;-)