¡Hola, penfriend1!
¿Qué tal el verano? ¿Habéis enviado alguna postal? O mejor aún, ¿recibido alguna? Además de para escribir postales, para mí la escritura siempre ha estado íntimamente ligada a los viajes. Desde hace más de 20 años, un cuaderno en blanco me acompaña en cada aventura, ayudándome a capturar esos momentos que no quiero olvidar.
No recuerdo exactamente cuándo comencé con esta costumbre, pero un roadtrip por el Tirol en 2002, con mi familia calculando los kilómetros recorridos, está grabado en mi memoria como uno de los primeros.
Desde entonces, en cada viaje llevo conmigo un cuaderno en el que escribo sobre lo que hacemos, lo que me sorprende, las curiosidades que descubro y la gastronomía que pruebo. En los viajes largos, además, pego entradas, billetes y pequeños recuerdos que encuentro por el camino. Es como crear una crónica personal de cada destino.
A lo largo de todos estos años, la modalidad de cuadernos y crónicas ha ido cambiando; a veces más detallada, a veces con los acompañantes de los viajes, a veces más escueto, pero casi siempre algo escrito.
Quizás te preguntes, ¿y por qué libreta roja? Durante varios años, utilicé una libreta roja por año, no por viaje, y allí plasmaba todos los destinos y experiencias de esos doce meses. Esa libreta se convirtió en algo más que un simple cuaderno: fue el corazón de mi travesía. Coincidió con la apertura de mi blog en 2010, que para sorpresa de nadie a estas alturas se llamó La libreta roja. Así nació mi alter ego digital, que aún perdura.
Lo más hermoso de esos cuadernos es redescubrirlos con el tiempo. Cada página es una pequeña cápsula del tiempo que me transporta de nuevo a esos lugares. Cuando vuelvo a ellos, siento que viajo de nuevo: puedo oler los fritos de aquel restaurante, escuchar el bullicio de una ciudad lejana o sentir el aire fresco de una montaña. Reencontrarme con esos escritos es como revivir los viajes, pero esta vez con la nostalgia que solo los años pueden otorgar.
Eso sí, aunque suene ideal, no siempre es fácil. A veces, entre la emoción del viaje y el cansancio del día, ponerse a escribir se siente como una pequeña subida cuesta arriba. Encontrar el hueco puede ser complicado, pero siempre vale la pena.
Cuéntame, ¿escribes en cuadernos de viajes? ¿O diarios?
M.
📝Truquito:
Supongo que estos días de vacaciones hayas hecho intercambio de fotos con amigos y familia. Siempre me ha dado rabia que por whatsapp se pierde bastante la calidad de las fotos, pero os dejo un truquito que ojalá te sirva, para enviar las fotos a la calidad máxima:
Al enviar la foto aprieta arriba a HD y charán, la foto te llegará sin perder calidad.
penfriend: se trata de una persona con el que uno se cartea, un contacto epistolar.
“Escribir un viaje es dejar una huella en el tiempo; cada página nos permite regresar a esos momentos.”
Me da mucha envidia lo de las libretas, cuando era joven hacía algo parecido pero nada igual. Quizás me anime a hacerlo a partir de los 50 años... Y gracias por el truco de las fotos. :) Besos Marta.