¡Hola, penfriend1!
En la postal #3 que os envié desde Suiza os comenté mi amor por el queso - el nombre exacto es turofilia. Me gustan prácticamente todos y de todo tipo, así que unir mi pasión por viajar y los quesos en un viaje gastronómico me parece lo más.
Si alguien piensa en quesos, sin duda se le viene a la mente Francia. Solo en este país hay más de 350 tipos de queso (en el mundo son unos 1000), así que podemos casi casi afirmar que los franceses son expertos en este tema.
Paseando por una de mis calles favoritas de Ulm, donde se encuentra una pequeña tienda que quesos maravillosa, vi el cartel “Tour de France”. Entré a preguntar y la dueña me explicó que se trataba de una cata de quesos francesa. No se me ocurrió mejor regalo para que me trajeran los Reyes.
Fuimos hace un par de semanas y no me pudo parecer mejor plan de viernes por la noche. Pude poner nombre a quesos que ya había probado (muy útil para poder comprarlos de nuevo). Probamos casi 30 quesos diferentes; algunos por supuesto muy conocidos como el Roquefort, el Camembert el Brie; otros algo menos como el Comté, Morbier, Munster y otros que eran absolutamente desconocidos para mí: Vacherin, Reblochon, Trappe, Ossau Iraty, etc.
Pero lo mejor de todo fueron las historias que acompañan a los quesos. Por ejemplo, en Normandía es famosa por su campiña, y por tanto muchas vacas en los prados verdes. La producción láctea es enorme y por tanto se encuentra el famoso queso Camembert, la mantequilla normanda o la nata fresca (crème fraiche). En el valle de Loira, se encuentran muchas cabras, que llevaron los árabes en invasión musulmana sobre el año 720, al marchar derrotados dejaron los animales, y por tanto la región tiene tantos quesos de cabra. Y así, mil pequeñas historias la mar de interesantes.
Independientemente del queso, Francia ha sido un destino predilecto en mi familia. Siempre hemos tenido una gran afinidad hacia este país. Sin ir más lejos, tanto mi hermano como yo aprendimos francés antes que inglés. Recuerdo con 7 años unas vacaciones en Nantes, la felicidad de entrar en la boulangerie2 y pedir un petit pain au chocolat3.
De ese viaje recuerdo castillos maravillosos por el río Loira pero también que fue la primera vez que fui a París. Desde los 5 años tarareando que “La Tour Eiffel a trois cents mètres. Du haut en bas on voit la Seine. Pour y monter il faut payer”4 Tenía que ver yo esa torre.
Si bien París es una ciudad impresionante, muchas veces eclipsa al resto del país. Incluso Francia en si misma queda regazada (y eso que Francia es el país que más turistas recibe de todo el mundo). Desde que vivo en Alemania me he encontrado con muchos alemanes que miran solo hacia Italia y nunca han pisado Francia. Y eso que hay zonas - por ejemplo la Alsacia - que uno no sabe si se encuentra en Francia o en Alemania. ;)
Algo que me encanta de Francia, es que el agua es gratis. Y no porque la Unión Europea lo haya obligado para evitar residuos. Desde siempre, en Francia si pides una carafe d´eau te darán tantas jarras de agua gratis como quieras.
Siempre había pensando que era Napoléon quien puso esa ley y que yo lo había leído en un libro de “Todas las respuestas a las preguntas que nunca te has preguntado” pero resulta que he ido a comprobarlo y no. Un falso recuerdo. Un mini efecto Mandela a escala personal. Así que afortunadamente lo he corroborado y no os he enviado informaciones falsas. Podéis estar siempre tranquilos que aquello que os cuento, es verdad ja ja ja.
Por tanto, creedme cuando os digo que Francia merece la pena.
Recuerdos, hoy desde el castillo de Chantilly (el mismo que el de la crema).
m.
📚 Viajar leyendo
El último libro que leí cuyo escenario fue Francia fue La dama de las camelias, de Alexandre Dumas. La historia es archi conocida, porque es la misma que la de La Traviata o Moulin Rouge. El libro en sí, a pesar de ser rompedor para la época, no me dejó una gran huella.
Otro cuyo escenario es Francia (durante la Segunda Guerra Mundial) fue El ruiseñor, uno de los libros más vendidos del 2015. Sin duda engancha, aunque tampoco me cautivó.
¿Por qué os hablo de libros que no me han entusiasmado? No lo sé, pero si los has leído y quieres darme tu opinión, estaré encantada de leerte.
🍝 Viajar comiendo
La gastronomía francesa está mucho más impregnada en nuestro día a día de lo que en principio pensaba (la bechamel, la quiche, la vichyssoise, etc.)
En casa somos muy fans de desayunar los domingos crêpes (os dejo una receta, pero la mía es todavía más simple).
La tarte flamblée que probé por primera vez en Estrasburgo cuando fui a visitar a mi amiga M, nos saca de un apaño para la cenas (compramos la masa, eso sí).
penfriend: se trata de una persona con el que uno se cartea, un contacto epistolar.
panadería
una napolitana de chocolate. (Hace poco aprendí que existe una frontera en Francia con las regiones que llaman pain au chocolat o chocolatine).
La Tour Eiffel mide 300 m. De abajo arriba se ve el Sena. Para subir hay que pagar.
Turofilia + 1 🙃
Qué bonitos recuerdos. Privilegios de haber vivido tu infancia. Lo del 'alevulavelema' es otro concepto del inicio de tu vida francesa.