¡Hola, penfriend1!
Hace varios meses leía un artículo sobre el viaje de una postal desde la Antártida hasta Barcelona. Dos meses y medio recorriendo el mundo, que casi te diré, me parece hasta poco teniendo en cuenta que muchas de mis postales han necesitado más de tres meses para llegar a sus destinos.
Hace años, envié desde una oficina recóndita de Bolivia, 5 postales a Alemania y 5 postales a España. 4 de las que tenían destino a España nunca llegaron. ¿Por qué? ¿En qué punto se separaron? ¿Dónde quedaron? ¿Dónde van a parar las postales perdidas?
Me preguntaba mi amiga P. la razón por la qué me gustan tanto las postales y las cartas. No tengo una respuesta clara, pero si hay algo de lo que estoy convencida: el recibir un escrito de puño y letra de alguien es algo que ni los emails ni un mensaje por whatsapp pueden equiparar.
Años más tarde, puedes encontrar esas cartas y postales. Sumergirte en las palabras y los sentimientos. Trasladarte al pasado. Dime cómo se consigue eso en una conversación de whatsapp.
Muchas películas y libros tienen como hilo narrativo el subir a un desván y encontrarse cartas misteriosas. ¿Qué encontrarán las generaciones venideras?
Nunca he dejado de escribir postales en mis viajes (como habrás podido adivinar si llevas aquí un tiempo) pero este año he conseguido dar un paso más y he vuelto a enviar cartas. Incluso ahora tengo una amiga por correspondencia que vive en Las Vegas. Nunca nos hemos visto, pero intercambiamos cartas en las que sobre todo hablamos de libros.
A raíz de una de estas postales de domingo, mi tía M. me compartió una de las postales que mi abuelito envió a mi abuela en sus años de noviazgo mientras éste hacía un viaje por Europa. Apenas conocí a mi abuelo, pero leer su letra, lo que sentía y lo que le llamó la atención en su viaje por Alemania me llenó de emoción e incluso se saltaron las lágrimas. Y eso es capaz de hacerlo una postal de 1955, 69 años más tarde. MAGIA.
Recuerdos desde Ulm.
M
PD: Escribid cartas o postales.
penfriend: se trata de una persona con el que uno se cartea, un contacto epistolar.
A mi abuelo nunca lo conocí, pero guardamos las cartas que enviaba a mi abuela desde la cárcel. Le encerraron en la época de Franco por militar en el partido comunista. Así nos enteramos que se salvó del fusilamiento por un amigo y que gracias a ese amigo existimos todos hoy en día.
Increíble, no?
Qué bonito leer lo que escribió tú abuelo, más sí no tuviste la oportunidad de conocerlo. Es verdad que las cartas tienen algo que en la mensajería rápida se pierde, por eso lo de que tengas amiga por correspondencia te pega mucho, por lo que te conocemos por aquí!